La idea de este pollo la tomé de mi chef favorita Lucinda Scala Queen,
definitivamente con sus recetas no hay lugar a equivocación alguna.
Este pollo confirma una vez más la regla, es tierno, jugoso, con un sabor delicado y relativamente fácil de preparar. La mantequilla con las hierbas va penetrando por la carne del pollo a medida que se va cocinando, haciéndola jugosa y llenándola de sabor.
Además, si en casa son solo dos personas, como en la mía, se abre la posibilidad de varias cenas sencillas los días siguientes. No tiene desperdicio.
La receta no es la original de Lucinda, pero seguramente no da lugar para envidiarla.
Le doy calificación "A-1".
definitivamente con sus recetas no hay lugar a equivocación alguna.
Este pollo confirma una vez más la regla, es tierno, jugoso, con un sabor delicado y relativamente fácil de preparar. La mantequilla con las hierbas va penetrando por la carne del pollo a medida que se va cocinando, haciéndola jugosa y llenándola de sabor.
Además, si en casa son solo dos personas, como en la mía, se abre la posibilidad de varias cenas sencillas los días siguientes. No tiene desperdicio.
La receta no es la original de Lucinda, pero seguramente no da lugar para envidiarla.
Le doy calificación "A-1".
Ingredientes
(Para 4 personas)
1 pollo entero grande
6 cdas de
mantequilla sin sal a temperatura ambiente (suave)
1 cebolla
1 limón
2 papas grandes
8 hojitas de
albahaca
6 hojitas de
salvia
2 ramitas de
romero
Sal
Ajo en polvo
Pimienta molida
Aceite de oliva
Orégano
Procedimiento
Lavar el pollo, quitar el exceso de grasa y los menudos (vísceras, cuello), secarlo.
Yo reservo el cuello, corazón y mollejitas para congelarlos en una bolsa plástica y preparar caldo de pollo posteriormente como base de otros platos, en lugar de "cubitos" que tienen tanto sodio.
Colocar el ave en un molde refractario, previamente cubierto con papel antiadherente (por supuesto que esta parte no es necesaria, pero lo cierto es que ahorra dolores de cabeza al momento de lavar).
Lavar el pollo, quitar el exceso de grasa y los menudos (vísceras, cuello), secarlo.
Yo reservo el cuello, corazón y mollejitas para congelarlos en una bolsa plástica y preparar caldo de pollo posteriormente como base de otros platos, en lugar de "cubitos" que tienen tanto sodio.
Colocar el ave en un molde refractario, previamente cubierto con papel antiadherente (por supuesto que esta parte no es necesaria, pero lo cierto es que ahorra dolores de cabeza al momento de lavar).
Bañar el pollo con el jugo del limón. Trocear los pedazos que sobran y reservar.
Condimentar el pollo con sal, ajo en polvo y pimienta.
Cortar finamente las hierbas de elección (yo tomé algunas de mi jardín: albahaca, romero y sabia) y mezclarlas con la mantequilla que debe estar suave a temperatura ambiente.
Agregar sal y pimienta para realzar el sabor de las hierbas.
Aflojar la piel del pollo que cubre la pechuga, utilizar los dedos empujando con suavidad entre la piel y la carne, desde la abertura cercana a la cavidad hacia adentro, como muestra la foto, e introducir la mantequilla esparciéndola bien, primero un lado y luego el otro.
Una vez introducida la mantequilla, es muy sencillo empujar la mezcla desde afuera para cubrir toda la superficie debajo de la piel.
Cortar en cuartos una cebolla grande e introducirla junto con el limón troceado en la cavidad del pollo.
Amarrar las patas del pollo para que conserve su forma al hornearlo, aunque esto no es necesario, sólo gusto personal.
En este momento se puede cubrir el pollo con papel plástico y refrigerar hasta que sea momento de cocinarlo, puede ser de un día para otro, en todo caso, siempre hay que sacarlo de la nevera al menos 30 minutos antes de llevarlo al horno, previendo que su cocción demora alrededor de 3 horas.
Yo lo metí al horno sin dejarlo marinar y créanme que no lo necesita.
Precalentar el horno a 350 grados C.
Pelar y cortar en cuartos pequeños dos papas grandes o más papas si se desea. Colocarlas a los lados del pollo y condimentarlas con sal, pimienta, un poco de orégano y rociarlas con aceite de oliva.
Hornear el pollo descubierto y cocinar lentamente a 325 grados.
Al cumplirse hora y media chequear el pollo. Aprovechar para rociarlo con sus propios jugos y para voltear las papas. Continuar horneando.
Revisar de nuevo a las dos horas de cocción, en este momento, los extremos deben haber comenzado a dorarse, así que se pueden cubrir las terminaciones de los muslos y las alas con papel de aluminio para prevenir que se quemen.
Chequear nuevamente treinta minutos más tarde y repetir el procedimiento de rociado.
Voltear las papas nuevamente.
Cuando el pollo tenga tres horas y media cocinándose y ya luzca doradito, se puede chequear la la temperatura con un termómetro (en la parte de la pechuga cercana al muslo). Sabemos que está listo cuando alcance 165 grados C, o cuando al pincharlo con un cuchillo los jugos salgan claros y la carne de los muslos empiece a desprenderse del hueso.
Yo recomiendo el uso del termómetro pues no es costoso y garantiza la cocción perfecta.
Chequear también que las papas estén tiernas.
Al alcanzar ese punto, apagar el horno.
El proceso tarda alrededor de 3 horas o 3 horas y media, pero puede variar según el horno o el tamaño del pollo.Lo importante es cocinarlo con el horno a fuego bajo.
Dejar reposar por unos 15 minutos para que se asienten los jugos.
Luego desprezar, cortar y servir.
La cebolla y piel del limón dentro de la cavidad del pollo se descartan.
Buen provecho!!
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