Hacer hallacas es una tradición obligatoria en
cada familia venezolana.
Ninguna hallaca
es como las de uno, así que hay que disponerse a prepararlas para disfrutar del
sabor familiar que solo se encuentra en las “hallacas de mamá”… y por supuesto…
con “mamá” nos referimos a la mamá de cada quien.
La diversidad de adornos y condimentos es tan amplia como los apellidos y las diferentes regiones. Hay quienes colocan almendras, ciruelas, huevo, trozos de gallina, garbanzos entre otras variedades.
En mi familia
preparamos el guiso con carne molida (lo que ahorra mucho trabajo) y los
adornos son los tradicionales de la hallaca caraqueña: cebolla, pimentón,
encurtido, aceitunas, pasitas y un trozo de tocino.
Otra tradición
caraqueña es el Bollo, que se arma mezclando lo que queda del guiso con el
resto de la masa y añadiendo el mejor picante que se tenga a mano. Se ensambla
con lo que ha quedado de los adornos y se envuelve de manera distinta a la
hallaca para distinguir uno de la otra. Nosotros le colocamos papel de aluminio
por fuera para diferenciar. Y allí vemos el producto terminado y listo para disfrutar. Adicional el guarapo de panela con limón. Mmmmm!
Incluso Winona se entusiasmó en la cocina y aayudó a "abu" a preparar arepas...
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