Para algunas personas, como mi mamá y David, tomar agua es casi un castigo.
Para ellos, esta bebida es una excelente alternativa.
Si tienes el propósito de consumir más agua o si quieres experimentar con nuevos sabores, esta opción es súper refrescante, de excelente sabor, desintoxicante, sin calorías, sin químicos, y sencilla de preparar.
Una amiga que aún no logra desprenderse de las bebidas azucaradas, le añade una cucharada de Truvía (endulzante) a la jarra completa y dice que así tiene la impresión de tomarse un refresco, pero realmente no necesita ningún endulzante, porque la canela y la manzana le confieren un dulzor delicado y natural.
Ingredientes:
- Una manzana (preferiblemente Fuji) cortada en lonjas finas
- 3 Ramas de canela (o más si lo deseas).
- Hielo.
- Agua bien fría.
Preparación:
Hervir las ramas de canela en 1 taza de agua durante 5 minutos.
Apagar. Dejar reposar unos 10 minutos hasta que se enfríe completamente.
*He probado otras recomendaciones para preparar esta bebida, pero definitivamente, si no hierves la canela... el sabor de la misma es casi imperceptible*
Cuando la infusión de canela esté fría colocarla en una jarra junto con las ramas.
Agregar la manzana recién cortada en lonjas finas.
Cubrir las manzanas con cubitos de hielo o hielo picado.
Esto ayuda a prevenir que la manzana recién cortada se oxide
y se mantenga fresca durante varios días.
Llenar la jarra con AGUA HELADA y dejar reposar en la nevera durante toda
la noche dándole tiempo a las manzanas de afectar el sabor del agua.
Cuando se han consumido las 3/4 partes, se va reponiendo el líquido con
más agua SIEMPRE FRÍA.
Lo bueno es que esta se infunde con el sabor
rápidamente y no se pierde el gusto que ya se ha ganado con la maceración de la manzana.
Mientras más tiempo pasa, su sabor se hace más fuerte, definido y delicioso.
A partir del cuarto día el sabor está en su plenitud.